jueves, 20 de enero de 2022

En el Aniversario 349 del traslado de la Ciudad de Panamá, un artículo públicado en mis años de estudios universitarios

334 años del traslado de la Ciudad de Panamá La ciudad de Panamá, la primera población establecida por los españoles en el Pacífico americano, fundada un 15 de agosto de 1519, jugó un papel preponderante en la conquista de otras regiones de nuestra América, como Chile, Nicaragua y el Perú. De igual forma Panamá "la Vieja" y Portobelo, fueron los puertos en el Pacífico y el Caribe por donde se transportaban las mercaderías que extraían los españoles de los pueblos establecidos en el pacífico americano, de ahí el establecimiento de los caminos Real y de Cruces, así como los primeros planteamientos de construir una vía interoceánica. Esa época dorada de nuestra primera ciudad llega a su fin el 28 de enero de 1771, cuando el pirata Henry Morgan saqueó, destruyó e incendio la ciudad. Cuenta la historia que la reacción de la Corona Española fue de indignación tardía y de acción inmediata, ordenando el traslado y fortificación de la ciudad a un lugar más seguro y conveniente, eligiéndose el poblar la ciudad en el "Sitio del Ancón", siguiendo la recomendación de Hermano Gonzalo de la Madre de Dios, portugués que vivía cerca del cerro Ancón. De esta manera, través de la Real Cédula del 31 de octubre de 1671 se nombra a Don Antonio Fernández de Córdoba como Gobernador y Capitán General de la Provincia de Tierra Firme, así en acto solemne celebrado el sábado 21 de enero de 1673 se funda la Ciudad de Panamá, delineada por los ingenieros Juan de Betín y Bernardo Zeballos, en el sitio que hoy conocemos como el Casco Antiguo, lugar donde se llevaron a cabo importantes acontecimientos políticos y sociales, entre los cuales podemos mencionar la independencia de España el 28 de noviembre de 1821 y nuestra separación de Colombia el 3 de noviembre de 1903. Hoy, después de 334 años de tan importante evento, debemos reconocer que desde esa parte de la urbe de Panamá que hoy conocemos como San Felipe, es la cuna de lo que hoy es nuestra vida política, económica y social. El Casco Antiguo agrupa sitios de gran valor para la nacionalidad panameña; sus edificios, iglesias y plazas recogen la historia de nuestra República. Por ello se le declaró "Patrimonio de la Humanidad". Su restauración no debe ser vista como un simple negocio, sino como un legado para las próximas generaciones para que puedan conocer nuestra historia, cultura e idiosincrasia. Así como los españoles tuvieron el reto de trasladar la ciudad luego de su destrucción en 1673, ante el escenario dantesco de pobreza y enfermedad en que vivían los pobladores de aquella época, hoy la comuna capitalina tiene grandes retos, quizás más complejos, ante el crecimiento acelerado y la aparición de nuevas edificaciones. En el sector se requiere de más calles y puentes vehiculares para disminuir el tranque que sufren diariamente miles de panameños; mejorar el servicio de transporte que está desfasado y fuera de las realidades de nuestros ciudadanos y ciudadanas; se necesita más seguridad ante el incremento de la delincuencia. Tenemos que preocuparnos por dotar de equipos modernos al Cuerpo de Bomberos. Por otro lado, el sistema de recolección de basuras es pésimo e ineficiente, reconociendo el trabajo loable y la poca atención que se le brinda aquellos humildes trabajadores quienes, sin los instrumentos necesarios, recogen los desechos. Tenemos que preocuparnos por mejorar el sistema de alcantarillados, el cual puede colapsar ante el aumento de edificaciones y, sobre todo, construir más lugares de esparcimiento deportivo y familiar para alejar a nuestros jóvenes de las drogas, así como promover bibliotecas y teatros para mejorar la educación y la cultura nacional. Es que ser alcalde de esta metrópoli no es para andar haciendo giras de recolección de basura, ni regalando llaves de la ciudad, ni estar figurando políticamente. Hay que considerar que gran parte de la población vive en la pobreza y en pobreza extrema, que la ciudad no cuenta con las ambulancias necesarias ni con un Cuerpo de Bomberos para hacer frente a las emergencias diarias y desastres naturales. Se necesita un líder que se comprometa a modernizar la urbe de acuerdo a las necesidades de los miles de panameños que residimos y trabajamos en la ciudad. Los que aspiren al cargo de Alcalde lo deben hacer con vocación de servicio, sin paternalismo, identificados con la historia de nuestra ciudad, sus retos y desafíos. Ameth Cerceño Burbano Estudiante de Derecho amethc@cableonda.net ________________________________________