lunes, 4 de abril de 2022

REDEFINIR LA GESTION PUBLICA

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra gestión como la acción y efecto de gestionar; acción y efecto de administrar. La gestión pública se define como la correcta y eficiente administración de los recursos del Estado; esto incluye el recurso humano, los recursos financieros, el cumplimiento de las normas y procesos establecidos, con el objetivo de satisfacer las necesidades de los ciudadanos y promover el desarrollo económico, social del Estado. La palabra administración tiene su origen etimológico en la expresión latina (para) ministrare (servir), a su vez proviene la expresión minister, que es una palabra compuesta por “minis comparativos de inferioridad y sufijo “ter”, que significa subordinación u obediencia, administrar sería realizar una función o servicio para otro. La Administración Pública, se enmarca en una realidad social de personas organización, presupuestos y administradores, para Caupers “la administración pública debe ser considerada a nivel macroestructural, y un conjunto de micro organizaciones: la micro organización se presenta como una forma estable de compartir misiones encaminadas al cumplimiento de uno o algunos de los fines de la colectividad”. En perspectiva con las definiciones delineadas el Estado panameño tiene una debilidad continua que muy pocos gobiernos han querido erradicar, misma que ha sido un obstáculo para el desarrollo integral del país. El Estado tiene grandes deficiencias en la forma de administrar los recursos, en gran medida ante la falta de un desarrollo integral de una carrera publica, el abuso de poder y el exceso de discrecionalidad. Para Víctor Lapuente y Carl Dahlstrom autores del libro Organizando El Leviatán: “el abuso de poder será más habitual si en el nivel superior de una administración todo el mundo tiene los mismos intereses, porque nadie se interpondrá entre ellos y la corrupción y otros intereses personales. Por lo tanto, es vital mantener una separación entre las trayectorias profesionales de los políticos y las carreras de los burócratas, puestos que son dos grupos significativos que se encuentran en lo más alto del gobierno”. En el informe del PNUD sobre el Servicio Civil en Panamá publicado en el 2019, la calidad del funcionariado público es un prerrequisito para la implementación exitosa de las reformas económicas y sociales necesarias para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ellos están al frente de las instituciones, interactuado de manera cotidiana con el resto de los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil y con las empresas, de manera que su calidad integral afecta los servicios que prestan La situación de la gestión pública panameña, en primer lugar, conduce en ver el modelo desde la perspectiva jurídica, la República mantiene la organización básica con la división de poderes; además la Constitución consagra las normas rectoras de organismos estatales esenciales para el funcionamiento del Estado. Esta normativa constitucional de principios rectores de algunas instituciones tiene su génesis en la debilidad institucional; buscar blindaje para impedir la intromisión político partidista en el núcleo de dichas instituciones, como la Contraloría General de la República, Defensoría del Pueblo, Ministerio Público; pero en la práctica sabemos que existen los medios para saltar esos blindajes, y actuar fuera del marco de un buen gobierno. Más allá de ello, y de enunciar los principios rectores en que se debe enfocar el servidor público, el Estado panameño carece de una línea de dirección y estructuración sobre la gestión administrativa, que este al acceso de los ciudadanos, como principal socio de la República. El principal problema en mi concepto de la administración pública panameña es que no se logra identificar cual es el modelo de gestión que aplicamos, lo que trae como resultado el incumplimiento de las políticas públicas y la falta de estrategias en la resolución de los problemas nacionales. Bien lo define el economista Guillermo Chapman Jr., en su informe titulado: Hacia una nueva visión económica y social de Panamá: “. Lo típico en nuestro país es que cada administración gubernamental, cuando inicia su gestión, desecha las políticas del gobierno anterior y despide al personal que las 23 ejecutaba para nombrar a sus partidarios.” Peter Schröder, señala que el debate sobre la prestación de servicios de la administración pública se caracteriza mundialmente por la insatisfacción. Tanto políticos como ciudadanos, e incluso de forma creciente los empleados mismos de la administración pública la critican con frases como: “demasiado lenta”, “demasiado cara”, “demasiado alejada de las necesidades de las personas”, “corrupta”, “de mala calidad” y “derrocha recursos financieros y humanos”. Debemos aprender que la administración pública, surge como una característica del Estado moderno, se desarrolla en el ejercicio de tener un buen funcionamiento de los servicios públicos, en la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos; tomando en cuenta que son muchos los requerimientos, y pocos o mal distribuidos los recursos para mantener la paz social, el orden público entre los ciudadanos. La gestión pública en las sociedades democráticas, se debe caracterizar en la capacidad eficiente de dar respuesta a los problemas complejos que se presentan a diario en los espacios sociales, tales como educación, seguridad ciudadana, salud, vivienda, medio ambiente, transporte, entre muchos otros. La gestión pública es responsable de producir y desarrollar estrategias para llevar a cabo una acción conveniente y eficaz. Una reforma del Estado debe enfocarse en el papel adecuado del gobierno y la sustancia de las políticas públicas. Para ello es importante realizar una revisión de los sectores del Estado, su núcleo estratégico, las actividades exclusivas, los servicios no exclusivos del Estado, los sectores de producción, observando con ello el modelo de gestión entre lo burocrático y lo gerencial. Es impostergable fortalecer los principios que rigen la Administración Pública, necesitamos un gobierno con liderazgo efectivo, que practique la transparencia, evaluación de resultados, acceso a la información pública, rendición de cuentas; estos es fundamental en el fortalecimiento, la confianza y la apertura entre las instituciones del Estado y la ciudadanía, lo cual traerá como resultado redirección de la búsqueda del bienestar colectivo, el respeto de los derechos e intereses legalmente protegidos de los ciudadanos y la reconstrucción del Estado panameño en el siglo XXI.

jueves, 20 de enero de 2022

En el Aniversario 349 del traslado de la Ciudad de Panamá, un artículo públicado en mis años de estudios universitarios

334 años del traslado de la Ciudad de Panamá La ciudad de Panamá, la primera población establecida por los españoles en el Pacífico americano, fundada un 15 de agosto de 1519, jugó un papel preponderante en la conquista de otras regiones de nuestra América, como Chile, Nicaragua y el Perú. De igual forma Panamá "la Vieja" y Portobelo, fueron los puertos en el Pacífico y el Caribe por donde se transportaban las mercaderías que extraían los españoles de los pueblos establecidos en el pacífico americano, de ahí el establecimiento de los caminos Real y de Cruces, así como los primeros planteamientos de construir una vía interoceánica. Esa época dorada de nuestra primera ciudad llega a su fin el 28 de enero de 1771, cuando el pirata Henry Morgan saqueó, destruyó e incendio la ciudad. Cuenta la historia que la reacción de la Corona Española fue de indignación tardía y de acción inmediata, ordenando el traslado y fortificación de la ciudad a un lugar más seguro y conveniente, eligiéndose el poblar la ciudad en el "Sitio del Ancón", siguiendo la recomendación de Hermano Gonzalo de la Madre de Dios, portugués que vivía cerca del cerro Ancón. De esta manera, través de la Real Cédula del 31 de octubre de 1671 se nombra a Don Antonio Fernández de Córdoba como Gobernador y Capitán General de la Provincia de Tierra Firme, así en acto solemne celebrado el sábado 21 de enero de 1673 se funda la Ciudad de Panamá, delineada por los ingenieros Juan de Betín y Bernardo Zeballos, en el sitio que hoy conocemos como el Casco Antiguo, lugar donde se llevaron a cabo importantes acontecimientos políticos y sociales, entre los cuales podemos mencionar la independencia de España el 28 de noviembre de 1821 y nuestra separación de Colombia el 3 de noviembre de 1903. Hoy, después de 334 años de tan importante evento, debemos reconocer que desde esa parte de la urbe de Panamá que hoy conocemos como San Felipe, es la cuna de lo que hoy es nuestra vida política, económica y social. El Casco Antiguo agrupa sitios de gran valor para la nacionalidad panameña; sus edificios, iglesias y plazas recogen la historia de nuestra República. Por ello se le declaró "Patrimonio de la Humanidad". Su restauración no debe ser vista como un simple negocio, sino como un legado para las próximas generaciones para que puedan conocer nuestra historia, cultura e idiosincrasia. Así como los españoles tuvieron el reto de trasladar la ciudad luego de su destrucción en 1673, ante el escenario dantesco de pobreza y enfermedad en que vivían los pobladores de aquella época, hoy la comuna capitalina tiene grandes retos, quizás más complejos, ante el crecimiento acelerado y la aparición de nuevas edificaciones. En el sector se requiere de más calles y puentes vehiculares para disminuir el tranque que sufren diariamente miles de panameños; mejorar el servicio de transporte que está desfasado y fuera de las realidades de nuestros ciudadanos y ciudadanas; se necesita más seguridad ante el incremento de la delincuencia. Tenemos que preocuparnos por dotar de equipos modernos al Cuerpo de Bomberos. Por otro lado, el sistema de recolección de basuras es pésimo e ineficiente, reconociendo el trabajo loable y la poca atención que se le brinda aquellos humildes trabajadores quienes, sin los instrumentos necesarios, recogen los desechos. Tenemos que preocuparnos por mejorar el sistema de alcantarillados, el cual puede colapsar ante el aumento de edificaciones y, sobre todo, construir más lugares de esparcimiento deportivo y familiar para alejar a nuestros jóvenes de las drogas, así como promover bibliotecas y teatros para mejorar la educación y la cultura nacional. Es que ser alcalde de esta metrópoli no es para andar haciendo giras de recolección de basura, ni regalando llaves de la ciudad, ni estar figurando políticamente. Hay que considerar que gran parte de la población vive en la pobreza y en pobreza extrema, que la ciudad no cuenta con las ambulancias necesarias ni con un Cuerpo de Bomberos para hacer frente a las emergencias diarias y desastres naturales. Se necesita un líder que se comprometa a modernizar la urbe de acuerdo a las necesidades de los miles de panameños que residimos y trabajamos en la ciudad. Los que aspiren al cargo de Alcalde lo deben hacer con vocación de servicio, sin paternalismo, identificados con la historia de nuestra ciudad, sus retos y desafíos. Ameth Cerceño Burbano Estudiante de Derecho amethc@cableonda.net ________________________________________